jueves, 18 de febrero de 2010

Armónicos y figuras de aspectos.





En los cuatro primeros números de la revista astrológica The Mutable Dilemma, Zipporah Dobyns y su hijo Mark Pottenger publicaron cuatro artículos consecutivos sobre los armónicos en astrología, entre 1977 y 1978. He ofrecido ya en entradas anteriores de este blog mi traducción al castellano de esos cuatro escritos. Después de esto, parece que el tema quedó relegado al olvido por un tiempo y hubieron de pasar cinco años hasta que en 1983 Zipporah Dobyns volvió de nuevo a la carga con otro artículo sobre los armónicos como instrumento para la búsqueda de figuras de aspectos, especialmente de los menos usuales. Este último trabajo no es especialmente brillante; la propia autora es consciente de sus limitaciones cuando lo califica de simple estudio preliminar. Además, contiene repeticiones, digresiones que rompen el hilo argumental, datos estadísticos obtenidos de muestran muy exiguas, comunicaciones no del todo claras de qué se está midiendo y cómo, promesas de futuras ampliaciones de las que nunca más se supo y algunas debilidades emocionales relacionadas con su amor de madre y su narcisismo herido.

Zip Dobyns es responsable de una simplificación de los componentes básicos de las cartas astrales en un cuadro general que ella denominó "el alfabeto astrológico". Según su punto de vista, los signos, las casas y los planetas pueden aglutinarse en torno a 12 esquemas conceptuales básicos que serían las doce letras del alfabeto astrológico. La primera letra incluye el signo de Aries, la casa primera y el planeta Marte; la segunda abarca el signo de Tauro, la casa segunda y el planeta Venus; la tercera letra incluye al signo de Géminis, la casa tercera y el planeta Mercurio. Y así sucesivamente, asimilando cada signo con la casa del mismo número y ambas con el regente tradicional, excepto en los casos de Acuario, Piscis y Escorpio, donde se decanta por los regentes modernos Urano, Neptuno y Plutón, respectivamente. A su modo de ver, los tres elementos incluidos en cada una de estas doce letras están diciendo básicamente lo mismo de tres maneras diferentes, de modo que combinaciones tales como Mercurio en Piscis, Neptuno en casa tres, Mercurio en aspecto con Neptuno, casa tres en Piscis, etc, admiten interpretaciones uniformes hasta cierto punto y constituyen repeticiones de un mismo tema.

Este esquema ha sido muy contestado, especialmente por los astrólogos de inspiración antigua o medieval, que no admiten la asimilación de signos y casas ni la comunidad de regentes entre unos y otras. Por eso, Zip Dobyns, cuando se encuentra con la resistencia de David Hamblin a tales simplificaciones esquemáticas, se sale del tema del artículo para defender su alfabeto astrológico.

Con todo, el artículo contiene algunos datos importantes y más de una sugerencia interesante y se aprecia un esfuerzo por ser sistemática y prudente y por abrir nuevos caminos a la investigación. Muestra también cómo los armónicos pueden proporcionar una escala de intensidad mensurable de una carta astral, ya se trate de un tema natal, progresado, reubicado, mundial, etc., contribuyendo de ese modo a fijar ciertos "hechos astrológicos" dentro de un marco más objetivo y consensuable.




Armónicos como una búsqueda de figuras de aspectos.


Zip Dobyns




Los suscriptores que han seguido The Mutable Dilemma desde el principio recordarán que incluimos varios artículos sobre armónicos en los primeros números de la revista. Rob Hand y dos de mis hijos, Mark y Rique, han desarrollado algunas fórmulas matemáticas para ayudarme a satisfacer un deseo largamente acariciado; un método adecuado para encontrar figuras de aspectos en horóscopos que incluya muchos más aspectos que los que se utilizan comúnmente. No había una única fórmula adecuada, sino que experimentamos con varias aproximaciones al objetivo. Cuando Austin Levy de Australia nos visitó hace un par de años, añadimos su procedimiento a nuestra colección. Durante años he utilizado ampliamente la colección de programas; por desgracia, no guardé registros de los resultados.

Dos acontecimientos durante los últimos meses renovaron mi interés en la búsqueda de patrones de aspectos. Recibí un ejemplar del nuevo libro de David Hamblin Harmonic Charts: A New Dimension in Astrology, y Mark consiguió traducir los programas originales a MBASIC de modo que puedan ejecutarse en la computadora Osborne. La computadora original NorthStar se volvió loca y su impresora era aún peor, así que tener los programas fácilmente disponibles junto con las interesantes teorías propuestas en el libro de David, generó suficiente excitación para mantener el Osborne trabajando por varios días. Uno de los programas consume bastante tiempo, de modo que incluso con la ayuda de la computadora muchas horas de trabajo han producido tan sólo unas pocas docenas de análisis de cartas. Sin embargo, hay algunas sugerencias preliminares que creo que vale la pena comunicar.

Para poner al día a los lectores que se nos unieron más tarde, digamos que el trabajo actual sobre armónicos se originó, sobre todo, con John Addey de Inglaterra. La astrología clásica en tiempos de Ptolomeo usaba cinco aspectos; divisiones del círculo por 1 (conjunción), por 2 (oposición), por 3 (trígono), por 4 (cuadratura) y por 6 (sextil). A través de los siglos, se añadieron aspectos que incluían la división por 8 (octil o semicuadratura) junto con 3/8 del círculo o sesquicuadratura, la división por 12 (semisextil) junto con 5/12 (quincuncio o inconjunto), y algunos astrólogos incluyeron una división por 5 (quintil), por 7 (septil), por 9 (novil), por 10 (decil) y por 11 (undecil).

Addey aprobó estos añadidos a nuestra colección de aspectos y sugirió ir mucho más lejos. En alguno de sus trabajos, llegó a dividir el círculo por 180, dando un aspecto de dos grados. También adaptó una idea muy usada en la India, el levantamiento de una serie de nuevas cartas basadas en estas divisiones del círculo. En la astrología hindú la carta navamsa es considerada casi tan importante como la carta natal. El procedimiento para calcular una carta armónica incluye una traducción de las posiciones planetarias natales a números desde cero (para cero de Aries) hasta 359 (para 29 grados de Piscis). Cada número es entonces multiplicado por el número del armónico deseado (por 9 para una carta navamsa) y si el resultado sobrepasa 360, esta cantidad es sustraída tantas veces como sea necesario para que el resultado final quede por debajo de 360. Esta cifra es convertida de nuevo en grados y minutos de un signo del zodíaco.

Así se produce una nueva carta, usando el sistema de casas iguales ya sea desde el Ascendente o desde el MC. Los otros ángulos (aquellos que no se usan para determinar las cúspides de las casas) se colocan en la carta donde caigan. Addey sugirió que estas cartas armónicas podrían leerse de dos maneras: los números más bajos podrían interpretarse como diferentes facetas del carácter; las cartas también podrían ser una clave para los patrones actuales en la vida. La segunda carta armónica podría indicar las condiciones en la vida desde los dos a los tres años de edad y así sucesivamente.

David Hamblin ha trabajado ampliamente con estas cartas armónicas y concluyó que hay serias dudas relativas a la validez de las cartas como una clave para los diferentes años de la vida. Alcanzó la misma conclusión a la que yo había llegado con mi propio trabajo, más limitado, así que me alegré de saber que David compartía mi sentimiento de que si las cartas armónicas eran valiosas, la carta natal debería aplicarse al primer año solamente, la segunda carta armónica a la edad desde uno a dos años y así sucesivamente. Puesto que diferentes astrólogos utilizan dos cartas diferentes aplicadas al mismo año, el concepto resulta discutible. David también concluyó (al igual que yo) que el uso de los nuevos signos en las cartas armónicas era una técnica cuestionable. Para él el principal valor de las nuevas cartas era que hacían muy visibles los aspectos, mostrando una red de aspectos interrelacionados y especialmente focalizando la atención sobre aspectos anteriormente poco usados tales como septiles, noviles, etc.

En el libro, David analiza muchas cartas interesantes, incluyendo gente famosa, acontecimientos mundanos y algunos clientes personales. Para una de estas últimas, David sentía que las cartas armónicas deberían haberle ayudado más a comprender a la persona. Aunque esto se aparta de nuestro tema de los armónicos como aspectos, encuentro las dificultades de David en la comprensión de “Susan” suficientemente frustrantes como para justificar una discusión sobre su carta.



David ha mencionado y desestimado la teoría de que las casas del horóscopo son como “cajas” con naturaleza similar a la de los signos y planetas, y sin embargo la falta de confianza de Susan que él encontró tan desconcertante es una posibilidad clara con su Júpiter y Saturno (regentes de Sagitario y Capricornio en la primera casa) y su Marte (el regente natural de la primera casa) todos ellos en la cuarta casa. Como todos nuestros lectores saben, creemos que la casa es más importante que el signo. Para añadir más posibilidades de autodesconfianza y bloqueo, Susan tiene la Luna en la casa primera en conjunción con el Punto Este en Capricornio y el nodo sur de la Luna en la cuarta casa entre Marte y Saturno. Nótese cómo se repite el tema de la identificación con las letras cuatro y diez (mezclas de uno-cuatro-diez) con Luna-Capricornio en primera casa y los regentes planetarios de la primera casa en la casa cuarta. Con dos regentes de la primera casa en conjunción a un nodo (otra forma de cuarta letra), siendo el mismo Saturno uno de ellos, la forma más importante de letra diez, es una repetición de la combinación uno-cuatro-diez. Encuentro que el nodo sur se asemeja mucho a Saturno, una lección a aprender tras la cual tenemos algo para dar en relación a esa parte de la vida. Ambos sugieren una tendencia hacia la ansiedad y la duda en los comienzos de la vida y una conjunción de los dos intensifica el problema.

Las combinaciones de cuatro, diez y doce son las más propensas a expresarse como ansiedad y depresión hasta que el individuo salga de su rol infantil de letra cuatro y llegue a ser padre y cuidador de otros, supere el sentimiento de que el mundo tiene el poder a través de un trabajo exitoso y desarrolle fe en un poder superior (donde la letra doce está involucrada). Susan tiene Neptuno en la casa nueve, lo que podría indicar que ella tiene fe, pero está en cuadratura con su Luna y en quincuncio con el nodo sur y con Saturno, lo cual señala la probabilidad de un problema. Mientras ella se quede en casa, dependiendo de alguien que la sostenga, probablemente permanecerá ansiosa y depresiva. Con Venus y Juno en Piscis, tiende a idealizar el matrimonio, lo que a menudo significa poner la fe en el cónyuge más bien que en Dios, y con Cáncer en la casa octava, ella está buscando un cónyuge que juegue el papel de madre para ella. Descubrirá su fuego y su Acuario cuando sea autosuficiente e independiente. David llegó a esta conclusión con ayuda de las cartas armónicas, pero el mensaje es bastante claro si consideramos que la cuarta casa simboliza la misma parte de la vida que la Luna, los nodos y el signo de Cáncer.

A pesar de que lo anterior es una digresión del tema, las cartas como la de Susan son valiosas para probar nuestras teorías de la astrología como claves para la percepción psicológica. Para volver a la búsqueda de aspectos a través de los armónicos, como ha sido sugerido, las cartas armónicas pueden ser usadas simplemente para descubrir los aspectos menos usados incluyendo, como David indica en su libro, variaciones de esos aspectos. Por ejemplo, una oposición en el cuarto armónico es un octil o un trioctil en la carta natal. Una cuadratura en el cuarto armónico es un múltiplo de 22 grados y medio distinto de los aspectos clásicos ya enumerados. Por supuesto, todas las conjunciones, oposiciones y cuadraturas conectadas en la carta natal estarán agrupadas como una conjunción en el cuarto armónico. Por conectadas quiero decir una red de aspectos enlazados unos con otros. Si la carta natal tiene dos grandes cruces, la carta del cuarto armónico tendrá cada grupo de cuatro planetas como una conjunción. El dial de 90 grados desarrollado en Alemania por los Ebertin alcanza el mismo objetivo sin usar nuevos signos o casas, usando la técnica para ver aspectos menores rápida y fácilmente.

Incluso con una computadora, supone todavía mucho trabajo construir y estudiar una variedad de cartas armónicas, y no hay razón lógica para detenerse en algún punto en nuestra proliferación de aspectos. Por tanto, he utilizado los programas desarrollados por Rob, Rique y Mark como una serie de aproximaciones al objetivo de descubrir figuras de aspectos, el énfasis sobre uno o una serie de aspectos. Será necesario calcular muchos cientos de cartas más de una variedad de personas y acontecimientos antes de que podamos sentirnos seguros del significado de algunos de los aspectos menos utilizados, tales como el quintil, septil, novil, etc., pero creo que los programas de computadoras ya disponibles nos ayudarán con el tiempo a encontrar respuestas. Ninguno de los programas presenta el cuadro completo, cada uno ofrece parte de la información.

El programa para lo que me propongo discutir en este artículo se aproxima al objetivo de tres maneras diferentes. En primer lugar, las cartas armónicas son calculadas hasta el armónico 60 (un aspecto de 6 grados, ya que estamos dividiendo el círculo por el número del armónico). La computadora cuenta entonces el número de conjunciones para cada carta armónica. Cada carta armónica incluirá todos los números armónicos que son submúltiplos del suyo. Por ejemplo, como ya se ha señalado, la carta del armónico cuatro pone las conjunciones (división del círculo por uno, de modo que no se diferencia de la carta natal), las oposiciones (división por dos) y las cuadraturas (división por cuatro) juntas como una conjunción. Una carta del armónico nueve tendría conjunciones (el uno es divisor de todos los números) y trígonos (el tres divide al nueve en partes iguales) así como los noviles, todos agrupados en una conjunción. Para poder contar el número de conjunciones en esas cartas armónicas, hemos de decidir un orbe aceptable. ¿Cómo de exacto debe ser el aspecto para contabilizarlo? Ya que esta empresa es de exploración, comenzamos con dos orbes para ver cuál daba resultados más significativos. El programa imprime dos columnas con una conjunción dado un orbe de 12 grados en una y de 24 grados en la otra. La oposición toma la mitad de ese orbe, la cuadratura una cuarta parte, y así sucesivamente. Cuando se alcanzan los aspectos pequeños tales como el de 6 grados, el orbe es realmente muy pequeño en la carta natal.

Una segunda parte del mismo programa calcula lo que llamamos “la suma de vectores”. En esta columna, se obtiene una cifra más alta cuando el aspecto en la carta natal forma parte de una red de planetas enlazados por el mismo aspecto. Por ejemplo, cinco quintiles separados darían una cifra más pequeña que un gran quintil: cinco planetas todos en quintil unos con otros. Esperamos que este tipo de discriminación nos permitirá con el tiempo determinar si varios planetas conectados por el mismo aspecto hacen que el aspecto sea más importante que el mismo número de ese aspecto en parejas aisladas en la carta. Esta parte del programa tiene un serio problema; bajo ciertas condiciones matemáticas, algunos números se cancelan mutuamente. Por desgracia, aún no sé con qué frecuencia sucede esto ni cómo prevenirlo. Creo que es un suceso raro, pero necesitamos trabajar más para remediarlo.

La tercera parte del mismo programa usa la fórmula de Austin Levy de Australia para obtener lo que él llama el grado de “centralidad” en cada una de las cartas armónicas; en otras palabras, el grado hasta el cual están agrupados los planetas en un área de modo semejante a los “paquetes” de Mark Edmund Jones. Una vez más, el objetivo es simplemente determinar la importancia relativa de ese tipo de aspectos, mirando todos los aspectos desde una conjunción natal hasta un aspecto de seis grados. El programa genera cuatro columnas con una cifra para cada uno de los 60 aspectos. Entonces subrayo las más altas y miro cuales están altas en varias de las columnas. También busco patrones en los que una serie de números relacionados son altos.

Aunque este trabajo es preliminar, como anteriormente se indicó, se han presentado algunos patrones interesantes. He usado una serie de cartas de gente que podríamos llamar “normal” o “no famosa”; una serie de gente famosa o infame (incluyendo tres asesinos o más si añadimos a los políticos que dan órdenes que resultan en muertes); una pequeña serie de acontecimientos mundanos (principalmente los datos del libro de David Hamblin), 21 cartas de casos de muerte infantil, niños que murieron antes de cumplir un año, y algunos miembros de la familia que podrían ser incluidos con la gente no famosa, aunque algunos pueden ser tan conocidos como algunos famosos. Yo uso una puntuación de 20 ó más en la primera columna, 35 ó más en la segunda columna, 7 ó más en la tercera columna y 30 ó más en la última columna como límite inferior de los dos umbrales, y subrayo los armónicos (aspectos) que alcanzan esos niveles. Rara vez se encuentran cifras de 30 ó más en la primera columna, de 45 ó más en la segunda, de 10 ó más en la tercera y de 40 ó más en la última. Podemos tomar este grupo de cifras como un umbral superior, marcando un foco muy intenso sobre los aspectos con esas puntuaciones.

Para avanzar algunos de mis resultados, considerando en primer lugar las cartas que superaban el umbral más alto, en el grupo de 15 no famosos solamente mi hijo Mark puntuó por encima de 30 en la primera columna. Ninguno de los 29 famosos tuvo una puntuación de 30. Una de las seis cartas mundanas (la erupción del Mt. St. Helens) obtuvo una puntuación de 31. Cuatro de los 21 casos de muertes infantiles alcanzaron o superaron una puntuación de 30. En la segunda columna, Rique tuvo dos puntuaciones de 45 y Mark una de 51. El resto de los no famosos no alcanzaron puntuaciones de ese nivel. Entre los 29 famosos se dieron diez puntuaciones de 45 ó más, dos de ellas por encima de 50. Los 21 niños fallecidos tuvieron cuatro puntuaciones de 45 ó más. Las seis cartas mundanas alcanzaron cuatro puntuaciones de ese nivel.

En la tercera columna, nuestra suma de vectores, Rique y Mark alcanzaron otra vez el techo de 10 y solamente una persona más en el grupo de no-famosos tuvo una puntuación de 10. El grupo de famosos tuvo 17 puntuaciones de 10 ó más. En el grupo de muertes infantiles hubo 13 puntuaciones a ese nivel. Las seis cartas mundanas tuvieron 5 altas puntuaciones, incluyendo una de casi 14. En la última columna, la centralidad, en el grupo de no-famosos sólo Rique tuvo una puntuación de 40. Ocho de los 29 famosos alcanzaron ese nivel, llegando uno hasta 50. Entre las 21 muertes infantiles hubo diez puntuaciones altas, y tres en las seis cartas mundanas, alcanzando dos de ellas los 50.

Una vez que haya incrementado nuestra muestra en todos los subgrupos valoraré el significado estadístico. Si las cifras son similares a las aquí enumeradas, deberemos estimarlas razonablemente significativas. Los aspectos son una de las herramientas en astrología que han sido descuidadas en la investigación porque el problema determinar las frecuencias esperadas es bastante difícil. Pero comparando entre sí diferentes grupos pueden funcionar como controles unos de otros. Resumiendo los resultados anteriores, si entre los no famosos dejamos a un lado a Rique y Mark (sospecho que ambos están en camino de unirse al grupo de los famosos), tenemos un total de una alta puntuación para 13 personas. Los 29 ya famosos producen 35 altas puntuaciones. Las 21 muertes infantiles producen 34 altas puntuaciones. Las seis cartas mundanas obtienen 13 altas puntuaciones.

¿Qué explicación podemos dar a estos resultados? Como ya he dicho otras veces, un gran número de aspectos cerrados indica una cualidad de intensidad en la persona que puede manifestarse ya sea como mayor talento y sucesos de más alcance o bien como problemas graves. Estos programas de computadora nos permiten mirar muchos aspectos poco usados que pueden ser relevantes para ese tipo de talentos o problemas. El esfuerzo por deducir el significado de estos “nuevos” aspectos, al cual está dedicado gran parte del libro de David Hamblin, es un desafío adicional. En el análisis de las cartas del que venimos hablando yo he anotado cuando hay series de aspectos relacionados, tales como múltiplos de 5, 7, 9, 11, etc. Encuentro interesantes las teorías de David sobre el significado de estos aspectos, pero creo que aún se necesita mucho más trabajo; es decir, necesitamos analizar muchas más cartas con nuestros programas de computadora. ¡Ojalá el día tuviera 48 horas!

David asocia el cuarto armónico con esfuerzo, lucha por un objetivo y una intensa necesidad de integrar y manifestar los planetas que están en los tradicionales aspectos difíciles. Albert Schweitzer, el famoso médico misionero en África, tiene una de las cartas más marcadas por predominio del 4 de cuantas he calculado hasta ahora. Si nos situamos en el umbral más bajo de las cifras enumeradas anteriormente y consideramos una puntuación de 20 ó más en la primera columna, 35 ó más en la segunda, 7 ó más en la tercera y 30 ó más en la última, las puntuaciones más altas para Schweitzer se dan en las divisiones del círculo por 4, 16, 36, 44, 48, 52 y 60. Incluyendo los nodos de la Luna y el Punto Este (como un ascendente auxiliar), él tiene una fuerte T-cuadrada cardinal, y añadiendo a Juno tiene una cerrada gran cruz en signos fijos. Considero que las cuadraturas y oposiciones cardinales y fijas indican un fuerte poder y capacidad de lucha de la persona. Schweitzer dirigió a sus asociados con mano de hierro, pero su poder fue usado también constructivamente para ayudar a muchos.

David asocia el quinto armónico, el quintil y sus derivados, con “organización, construcción, estructuración, formación” (p.48). Yo me inclino más a asociar tales resultados sólidos al cuarto armónico y a ver el quinto más parecido a Leo, relacionado con poder personal, ya sea usado creativamente o destructivamente. Como la mayoría ya sabe, Hitler tenía una fuerte serie del 5 en su carta. Sus puntuaciones altas, de acuerdo al mismo patrón de puntos mencionado para Schweitzer, incluyen divisiones del círculo por 5, 10, 25, 40, 50, 60. Churchill tenía cuatro de los múltiplos de cinco: 25, 35, 45 y 55. El asesino de Houston, TX, Dean Corll, tenía altas puntuaciones en los armónicos 5, 15, 25, 30, 45 y 55. Sai Baba, un maestro espiritual del que se dice que tenía asombrosos poderes psicokinéticos, tenía 5, 10, 15 y 50. Otro asesino cuyos datos se dan en el libro de David tenía 20, 30 y 60 altos, pero dos o tres en una serie es muy común y probablemente no sea significativo. John Addey, el iniciador de esta proliferación de trabajo con armónicos, tenía altos el 5, 10, 15, 20 y 45. La cifra más alta que he encontrado hasta ahora en una sola serie ocurrió en una carta progresada. Marguerite, el pilar de la Asociación Internacional de Investigaciones astrológicas (ISAR), para septiembre de 1983 tiene altas puntuaciones de cada múltiplo de cinco excepto 35 y 60; incluso en estos dos ella falló sólo por un número, ya que 36 y 59 son ambos altos. Su carta natal es bastante “normal”, sin patrones claros. Otro gurú religioso com muchas altas puntuaciones en la serie del cinco es Muktananda con 15, 25, 30, 45, 50 y 55 todos altos. Él es bien conocido por su trabajo con el Kundalini. Podría mencionar una persona más, el destacado psíquico inglés Matthew Manning que tenía altos 5, 10, 20, 30, 40 y 50.

Con un grupo tan variado, tengo reparos en comprometerme con una teoría del significado hasta que hayamos analizado más cartas. Indira Gandhi también tenía altas seis puntuaciones de la serie del cinco: 5, 10, 20, 30, 40 y 60. Naturalmente, aún necesitamos anotar qué planetas forman esos aspectos. Otros dos programas se ocupan de este asunto, pero tendrán que esperar otro artículo.

Para decir algo brevemente sobre los múltiplos de siete, nueve y once, David asocia los septiles con imaginación e inspiración; los noviles con búsqueda espiritual y tacto, pero especialmente con alegría y paz interior; y cita a otros para quienes la serie del once se asocia con excesos pero también con la integración de la dualidad y la diversidad. David también menciona gente que no tiene un patrón claro y parece confusa y sin un fuerte sentido de identidad. Tengo algunas reservas sobre varias de esas ideas, pero el problema puede ser más semántico que sustancial. En mi muestra hay algunos individuos que tienen una serie del siete fuerte. Therese Neumann, la estigmatizada alemana, tenía altas puntuaciones en 14, 21, 28, 35, 42 y 49. Podría parecer apropiado para justificar tanto su intensa devoción espiritual como su fuerte imaginación. Hoy en día se reconoce que un estigmatizado produce sus propias heridas con el poder de su mente inconsciente. Históricamente, todos han tenido heridas en las manos ya que hasta hace poco se creía que Jesús fue crucificado con clavos a través de las manos. Pero ahora se sabe que los clavos penetraron a través de las muñecas. Los huesos de las manos no son lo bastante fuertes para soportar el peso de un cuerpo.

José Silva, fundador de Control Mental que usa el poder de la imaginación para mejorar la capacidad psíquica y para curar, tiene 7, 14, 21 y 42 altos. Richard Nixon, como indicó David, también tiene destacada la serie del siete: 7, 14, 28, 35, 42 y 56 están altos. Su imaginación le condujo a una situación muy comprometida cuando él decidió que el mundo estaba en su contra. Bobby Fischer, el paranoico ex campeón de ajedrez, también tenía una serie del siete: 14, 21, 28, 42, 49 y 56 altos. Su paranoia, como la de Nixon, sugiere una imaginación hiperactiva y una falta de confianza, así que tanto la búsqueda espiritual de la fe como la actividad del inconsciente pueden estar asociadas con los septiles.




Creo que mi principal problema con las asociaciones de David con la serie del nueve es su suposición de que debería ser positiva. En todos los casos, podemos manifestar resultados positivos o dolorosos. Pienso que el novil puede señalar una búsqueda espiritual, pero ya que domina la carta de Jim Jones no está garantizado que la búsqueda desembocará en alegría o paz interior. Las cifras más altas de Jones se dieron en los armónicos 9 y 18. El único de nuestros umbrales extra-altos que no superó fue el de la primera columna, donde, no obstante, alcanzó 29 puntos sobre el armónico 18. En la segunda columna tenía la puntuación más alta de mis 71 cartas: 59 para el armónico 18. En la tercera columna alcanzó 10 sobre el armónico 18 y en la última superó los 40 en el armónico 9. Casi todas sus puntuaciones altas se dieron en divisiones del círculo por múltiplos de 3.

Debo añadir que David interpretaría el armónico 18 como una oposición en el armónico 9 y, por tanto, como un esfuerzo para alcanzar la iluminación. Está claro que los múltiplos de tres no garantizan una vida fácil o agradable cuando observamos que dos de los tres asesinos (sin contar a Jones o Hitler) tenían un énfasis sobre la serie del tres. Es bastante posible tener una carta llena de trígonos y que esto indique un fuerte sentido de “Sé lo que quiero, ¿por qué no puedo tenerlo?”. Ahora bien, Benjamin Creme, el gurú espiritual, también tenía destacadas las series 3, 5 y 9, así que debemos repetir que la carta muestra los asuntos en la vida, pero la persona determina los resultados.

Por ahora, no tengo muchas cartas con énfasis en la serie del once. Destaca Churchill. Tiene altas puntuaciones sobre cada uno de los armónicos posibles de esta serie dentro de los 60 primeros en que hemos fijado nuestro límite: 11, 22, 33, 44 y 55. También tiene una combinación como la de nuestro anterior vicepresidente Walter Mondale, que ahora pretende la presidencia de los Estados Unidos. La carta de Mondale no está incluida en el grupo que estamos analizando, pero recuerdo los resultados de trabajos anteriores. Mondale tiene altos los armónicos 14, 28 y 42. Churchill tiene altos el 14, el 28 y el 35. Churchill también tiene altos los 16, 32 y 48. Una de las tabulaciones que todavía no he hecho es simplemente contar el número total de altas puntuaciones para ver quien tiene las más altas. Churchill es ciertamente uno de los que acumula puntajes más altos. Puedo añadir una tabla al final del artículo listando esas cifras.

Otro posible énfasis significativo podría estar relacionado con los individuos que tienen muchos números primos, en lugar de las series que hemos venido observando. Contabilizando sólo los primos por encima de 10, Matthew Manning y el famoso psíquico Edgar Cayce tienen ambos cinco primos entre sus puntuaciones más altas. Olga Worrel, la curandera espiritual y psíquica destaca en seis primos. Recuerdo de trabajos anteriores que nuestro ex gobernador de California, Jerry Brown, tenía marcados muchos números primos. Podrían ser indicativos de gente peculiar o individualista pero tengo muy pocos casos como para aventurarme en algo más que una especulación preliminar. Una aproximación adicional ha sido ya mencionada: el análisis de aspectos calculados sobre las cartas progresadas. He hecho muy pocos de éstos hasta ahora, pero han dado resultados interesantes. Un joven de mi grupo de no-famosos cuya carta natal tenía pocos aspectos altos y ningún patrón particular alcanzó, sin embargo, puntuaciones mucho más altas en su carta progresada para el momento de un accidente que le dejó el lado izquierdo casi totalmente paralizado. Sus puntuaciones más altas fueron en los armónicos 19 y 38, alcanzando el último 47 en la segunda columna y más de 11 en la tercera. Pero no me pregunten qué significa, más allá de que él tenía una red de trabadas conexiones de aspectos que normalmente serían totalmente ignorados en astrología. El otro caso era Marcia Moore, la bien conocida astróloga que murió misteriosamente en el estado de Washington. Analicé sus cartas natal y progresada tanto en su lugar de nacimiento como en Washington para ver si los patrones cambiaban. De momento, no podemos mezclar aspectos entre natal y progresada o entre natal y lugar de residencia, pero incluso la pequeña cantidad de trabajo realizado hasta ahora sugiere que esos análisis de aspectos pueden ser de utilidad sobre una gran variedad de cartas.

Al promediar las cifras de puntuaciones altas para mis cuatro grupos, contando el número de puntuaciones sobre el umbral más bajo, se aprecia claramente presente una amplia gama en cada grupo. Combinando las cuatro columnas, el pequeño grupo de 13 no-famosos tiene un promedio de 13,77 puntuaciones altas, las cartas mundanas 20,16, los famosos 23,79 y el grupo de muertes infantiles 26,28. Pero el rango de variación va de 6 a 21 en los no famosos; de 10 a 30 en las mundanas; de 7 a 40 en los famosos y de 9 a 50 en las muertes infantiles súbitas. La cifra más baja corresponde a Susan, cliente de David Hamblin, mientras que la más alta de una persona identificada es la de Albert Schweitzer. Mis casos de muertes infantiles súbitas son anónimos. Fischer, el paranoico campeón de ajedrez, va inmediatamente después de Schweitzer con 39 puntuaciones altas. Obviamente, el cuadro es diferente si usamos el nivel más bajo de umbrales (que da los números que acabamos de citar) o el más alto, que pone las cartas mundanas proporcionalmente por delante de los otros tres grupos. Pero el orden para los otros tres grupos seguía siendo el mismo.

Espero analizar muchas más cartas en el futuro, incluyendo los alcohólicos y los terremotos, que serán examinadas durante la semana de investigación de ISAR en marzo de 1984. Espero añadir también más casos de muertes infantiles súbitas, famosos y no-famosos para mantener un grupo de control. Veremos los resultados con algún otro de los programas de análisis de aspectos en un número posterior de The Mutable Dilemma.

Referencia: Hamblin, David; Harmonic Charts, a New Dimension in Astrology; The Aquarian Press, Wellingborough, Great Britain, 1983.


Zip Dobyns, 1983

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