viernes, 6 de agosto de 2010

El armónico 7 según Hamblin



David Hamblin.
Cartas armónicas. Una nueva dimensión en astrología.
____________________________

CAPÍTULO 6

La carta del séptimo armónico.

(Primera parte)


El Siete es el siguiente número primo después del Cinco y el último número primo antes del Once. El Siete, como el Cinco, nos coloca en un territorio desconocido, más allá del alcance de los principios de Dualidad y Trinidad en términos de los cuales los astrólogos han interpretado tradicionalmente las cartas. Si dos planetas están vinculados por el principio de la cualidad del Siete, se relacionarán entre sí de una manera que es diferente del principio de Dualidad de esfuerzo y cambio, del principio de Trinidad de placer o del principio de Cinquidad de orden y forma.

El Siete ha sido visto tradicionalmente como un número mágico y misterioso. El Cinco (como dijimos al final del capítulo anterior) puede ser visto como el número del hombre; pero el Siete es considerado como un número de Dios: un número que contiene secretos cósmicos e iluminaciones divinas. El orden humano puede encontrarse en el número Cinco, pero el orden cósmico se busca en el número Siete.

Sin embargo, parece improbable que el universo esté organizado de acuerdo con el número Siete (El hombre ha atribuido los siete días de la semana a la dirección divina; pero en realidad es más probable que se trate de una invención humana. El hombre pensaba que había siete planetas y construyó toda una cosmología en torno a esa creencia; pero de hecho hay más de siete.) El Siete parece estar más relacionado con las fantasías humanas acerca del universo que con su realidad objetiva.

Charles Harvey ha dicho que el séptimo armónico revela qué aspectos de la vida nos inspiran y "nos encienden"; y yo creo que esto se acerca al significado esencial del séptimo armónico. Sin embargo, Harvey continúa diciendo que el séptimo armónico revela "lo que nos eleva a un orden de visión y comprensión más alto. Muestra nuestra receptividad al influjo de energías sobrenaturales y circunstancias que pueden abrirnos a la "respiración" de lo divino". En mi opinión, esta iluminación y comprensión divina está más cerca del significado del noveno armónico (que discutiremos en el siguiente capítulo) que del séptimo.

Charles Graham ha escrito un valioso artículo sobre las cartas A7 de artistas creativos; pero, puesto que él sólo se ha ocupado de las relaciones del séptimo armónico con la creatividad, no ha considerado si tiene un significado más amplio.

En este capítulo propondré que el Siete es en realidad un número del hombre: un número no de las capacidades racionales y constructivas del hombre, sino de su imaginación natural, fértil e impredecible. Es un número de inspiración, pero la inspiración procede del interior del propio hombre. Es un número de los más altos vuelos de la imaginación creativa del hombre, pero también de las más bajas profundidades de ilusión destructiva. Es un número no de permanencia, sino de transitoriedad; no de verdades inmutables, sino de repentinos destellos de luz y oscuridad; no de realidad objetiva, sino de impresiones subjetivas y de la experiencia emocional que el hombre deriva de sus impresiones; no de conocimiento, sino de fantasía. Es, en resumen, un número romántico. La gente se ha esforzado, sin mucho éxito, por definir la palabra 'romántico'; pero incluso sin una definición, su significado se entiende bien, y se acerca al significado esencial del número Siete.

Cuando dos planetas están conectados en el séptimo armónico, la persona es consciente de una relación romántica entre ellos. No puede integrarlos a través de los principios naturales de Dualidad y Trinidad, ni siquiera a través del más artificial principio de Cinquidad; y sin embargo anhela fusionarlos, es inspirada por la idea de unirlos; y esta idea -de la combinación de las energías de esos dos planetas- tendrá para ella un fuerte poder emocional. En su imaginación (ya sea consciente o inconscientemente) puede construir fantasías alrededor de esta idea; y estas fantasías afectan su visión del mundo, y así pueden llegar a tener un efecto sobre su comportamiento visible. Estas manifestaciones pueden tomar muchas formas: la persona siente que tiene un mensaje que transmitir a la humanidad, y puede intentar transmitirlo por medio de la creación artística; o puede tener una visión romántica del futuro de la humanidad, y tratar de convertir su visión en realidad luchando por una causa o a través de la acción política; o sus fantasías pueden ser puramente personales, relacionadas solamente con su percepción de sí misma y de otras personas en relación con ella misma, afectando así sus acciones e interacciones cotidianas. (Por ejemplo, cuadraturas y oposiciones en la carta A7 pueden significar que la persona está inspirada por la idea de conflicto entre esas fuerzas planetarias, y así puede llegar a sentir que este conflicto se da en realidad entre ella misma y la gente que la rodea.)

En este capítulo echaremos una mirada a algunos ejemplos de cartas A7 fuertes y bien integradas. Pero el séptimo armónico contiene un enorme potencial tanto para el bien como para el mal. Comenzaremos por examinar a algunas personas que han hecho un buen uso del potencial creativo del séptimo armónico, y pasaremos después al peor extremo del espectro.



Artistas creativos

Los artistas creativos no son, ciertamente, las únicas personas con cartas A7 fuertes, pero están entre los que parecen sacar el séptimo armónico a la luz del día, mientras que para muchas otras personas permanece oculto bajo la superficie de sus vidas. Por lo tanto, veremos algunos ejemplos de cartas A7 de personas creativas.

Podemos comenzar con el compositor Hector Berlioz.



Armónico 7 de Hector Berlioz
11 de diciembre de 1803, 16h 39m GMT
La Côte Saint André, 45N24, 5E15

La carta A7 de Berlioz es extremadamente fuerte: tiene una Gran Cruz que incluye los cinco planetas exteriores y también Venus (con el Sol también involucrado, ya que está en conjunción con Júpiter y en oposición a Plutón), y las cuadraturas de Venus a Júpiter y de Saturno a Urano son muy cerradas. La participación de Venus es importante porque en la carta A7 es sobre todo Venus el que representa el romanticismo en el sentido popular, y especialmente el amor romántico.

Berlioz es el arquetipo del compositor romántico (así como Mozart, cuyo armónico más fuerte es el quinto, es el arquetipo del compositor clásico). Scholes dice:

El romanticismo de Berlioz era innato. Su sensibilidad romántica se manifestó en la infancia, cuando rompió a llorar ante una conmovedora frase de Virgilio, y se expresó a lo largo de toda su vida en una serie de aventuras amorosas, variadas y numerosas incluso para su nacionalidad y su época (...) Otra de sus características románticas era su anhelo de inmensidad (...) Otra (y muy marcada) característica es la influencia literaria, siendo su obra casi la reformulación musical de los poetas románticos (...) Finalmente, cabe mencionar la característica romántica de "programa" en música instrumental, por ejemplo, un esquema que expresa en tonalidad las emociones provocadas por una serie de acontecimientos o escenas visibles.

Además, Scholes, tras describir unas cuantas aventuras amorosas románticas de Berlioz, sigue diciendo:

Estos romances (...) pueden parecer irrelevantes en una discusión de su lugar como compositor, pero en realidad van directamente al asunto, cómo la vida y el arte fueron uno con él, y tales incidentes lo muestran como auténtico exponente de la teoría romántica extremista - no Regla, sino reacción directa al Sentimiento.

Esta es una excelente descripción del modo de comportamiento A7 (como opuesto al modo A5, que está relacionado con Reglas), y está claro que Berlioz, con su Gran Cruz en la carta A7, se esforzó por vivir su vida de acuerdo a los ideales románticos y por expresar estos ideales en su música. Pero también su inspiración musical estaba íntimamente ligada con las tribulaciones emocionales de su vida no-musical.

El planeta que está menos integrado en la carta A7 de Berlioz es Mercurio; pero Mercurio está muy bien integrado en su carta del quinto armónico, donde está en conjunción exacta con Saturno, en trígono a la Luna y en cuadratura a Venus, y claramente él uso estas habilidades A5 para imponer orden y forma a su música. La mayoría de los grandes artistas parecen necesitar intensidad en ambos armónicos, en el quinto y en el séptimo, y ambos de estos armónicos (así como el noveno, que abordaremos en el capítulo siguiente) deben ser considerados para comprender la naturaleza de su arte.

(Berlioz es también el compositor de la única pieza musical que yo conozco que tiene un ritmo de siete pulsos por compás. Es la "Danza de los magos" en La infancia de Cristo de Berlioz, y su salvaje ritmo en torbellino sugiere bien la naturaleza del séptimo armónico.)






2 comentarios:

  1. Hola,
    pensando en esto que dice David Hamblin:
    <>
    Parece olvidar que 7 son los planetas que se ven a simple vista, si incluimos al Sol y la Luna, por ello la importancia de los 7. Y que la Astrología se fundamenta en la relación de ellos con el Sol. Así que podría ser que el 7 estuviera más unido a lo "que se ve", a lo objetivo, que a las fantasías humanas. ¿? No sé :).
    Gracias por acercarnos a D. Hamblin, es muy interesante. Y no sólo por lo que dice él, lo engrandece el cómo nos presentas el artículo y tus comentarios siempre enriquecedores.

    ResponderEliminar
  2. Hola de nuevo,
    veo que no ha salido lo que he pegado del artículo. A ver si ahora queda:

    Sin embargo, parece improbable que el universo esté organizado de acuerdo con el número Siete (El hombre ha atribuido los siete días de la semana a la dirección divina; pero en realidad es más probable que se trate de una invención humana. El hombre pensaba que había siete planetas y construyó toda una cosmología en torno a esa creencia; pero de hecho hay más de siete.) El Siete parece estar más relacionado con las fantasías humanas acerca del universo que con su realidad objetiva.
    A éste comentario de Hamblin me refería

    ResponderEliminar