martes, 20 de noviembre de 2012

Muertes violentas. 3. Homicidios


Víctimas de homicidio intencional


Insistiré una vez más en que este estudio de casos de muerte por medio de las direcciones simbólicas de clave armónica, basadas en la división del círculo por números enteros, no pretende aislar "las causas astrológicas que determinan el día o el año en que el fallecimiento de alguien deba tener lugar", sino únicamente detectar algunas condiciones generales que durante algunos periodos de tiempo pueden dejar a una persona más o menos expuesta a cierto tipo de amenazas. Ninguna dirección mata a nadie, pero sí que puede funcionar como signo de una alteración en su modo de actuar, sentir o pensar que facilita la producción de ciertas clases de situaciones o de acontecimientos. Así, por ejemplo, las direcciones en las que participa Marte pueden marcar periodos en los que una persona incrementa sus niveles de actividad, se mueve más, viaja, practica deportes, se entrega a diversos trabajos físicos, aumenta su espíritu competitivo, se aventura en nuevas empresas. Como consecuencia de ello, el riesgo de sufrir un accidente en este periodo es mayor que en otro marcado, por ejemplo, por la Luna, la cual induce una actitud más pasiva y una tendencia a recluirse en el hogar o en lugares seguros. Es evidente también que en los casos de suicidio son determinantes los procesos cognitivos y emocionales, la forma en que una persona percibe y valora su situación y -al menos para un astrólogo- también parece claro que las variaciones en estos procesos pueden verse reflejadas hasta cierto punto en los tránsitos y en las direcciones. Estas condiciones psicológicas pueden jugar también un papel en las muertes naturales, porque, como escribe Maya Pines, haciéndose eco de las opiniones del neurofisiólogo Elmer Green:
El cuerpo y la mente se complementan casi a la perfección, de modo que si se perturba uno de ellos, el otro también sufre perturbación. Esa es la razón de que los productos químicos alteren el estado de ánimo y las emociones (...). Por otra parte, "cuando das a una persona una buena noticia, puedes provocar variaciones hasta en una docena de importantes procesos fisiológicos. Una mala noticia, en cambio, puede hacer que se desmaye. Ambos tipos de alteraciones tienen lugar simplemente por haber oído algo que ha dicho alguien". [Maya Pines, Los manipuladores del cerebro, p. 82 de la ed. castellana, Madrid, 1978]
Sin embargo, cuando se trata de las víctimas de homicidio intencional, no está ya tan claro que estas condiciones psicológicas o estas variaciones en el modo de percibir la situación o responder a ella participen decisivamente en el fatal desenlace del nudo de su existencia. En la mayoría de los casos los asesinos cogen desprevenidas a sus víctimas y esto mismo es a menudo una condición que facilita el cumplimiento de sus planes criminales. Es más fácil acabar con alguien que mantiene hábitos de comportamiento rutinario, horarios y costumbres fijas, porque sus movimientos son más previsibles. Por tanto, no parece necesario que ninguna dirección esté introduciendo cambio alguno en el modo de pensar, sentir o actuar de una persona para que aumente la probabilidad de que sea elegida como víctima. Y lo que es más importante, la decisión aquí la toma otra persona. Un hombre aislado en una isla desierta puede morir de muerte natural o a consecuencia de un accidente y, por supuesto, también se puede suicidar, pero no corre el riesgo de que un semejante atente contra su vida. El homicidio es la única forma de muerte que requiere la intervención de otra persona y, en principio, puesto que esa otra persona es la que toma la iniciativa, parece que sería más lógico investigar las direcciones que afectan a la carta del asesino que las que se cumplen sobre la carta de la víctima. No obstante, esta misma condición nos da algunas pistas de lo que podemos esperar encontrar desde el punto de vista de la víctima.

Para empezar, esta es una forma de muerte social, en el sentido de que sólo puede darse en el contexto de una relación entre dos o más personas. Planetas como Venus o Mercurio, que son los principales indicadores del modo en que enfocamos nuestras relaciones con los demás, podrían estar afectados por direcciones comprometidas. En segundo lugar, la víctima juega un rol pasivo, lo cual sugiere que la Luna podría estar enfatizada. En tercer lugar, la víctima suele estar en una posición de debilidad respecto de su agresor, por lo menos en la situación elegida por éste para su ataque, y esto nos dice que los recursos de que podría valerse la víctima para rechazar a su agresor no están disponibles o que su capacidad de reacción está disminuida. Es decir, que planetas como Marte o Plutón pueden estar debilitados por falta de direcciones estimulantes o por la presencia de algún agente inhibidor. En cuarto lugar, la víctima suele estar desprevenida, lo que indica que ha fallado su sistema de alerta. Un Saturno debilitado por falta de direcciones o alterado por direcciones desestabilizantes puede explicar que el sistema de defensas de una persona no funcione como es debido. También un Júpiter fortalecido puede hacer que la persona se muestre más confiada de la cuenta.

Los indicadores astrológicos pueden variar dependiendo de los motivos que han provocado el crimen y del modus operandi. La muestra de 40 casos de víctimas de homicidio que vamos a revisar aquí se compone de 16 mujeres y 24 hombres. Siete de estas mujeres fueron asesinadas por sus maridos, otra de ellas por su novio, dos fueron violadas y luego asesinadas, otra desapareció y después fue encontrada con síntomas de asfixia, una menor de 14 años fue asesinada por un vecino y una niña de 7 años por un chico de 12. Las otras tres no eran un objetivo personal de sus agresores, sino que formaban parte de las víctimas de actos de violencia genérica e indiscriminada: un bombardeo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y el atentado a las torres gemelas del World Trade Center. Entre los hombres, hay también dos que fueron asesinados por sus esposas, tres a los que mataron para robarles, seis que murieron por herida de bala en circunstancias no aclaradas, uno (John Lennon) asesinado por un admirador obsesivo, otro (Pier Paolo Pasolini) apalizado y atropellado después con su propio coche al parecer por un chico al que hizo proposiciones homosexuales, aunque otros sostienen que fue víctima de una encerrona por motivos políticos.   Tenemos también el magnicidio de John Fitzgerald Kennedy, el caso de un asesino encarcelado que fue a su vez asesinado en la ducha por otro recluso, un niño de 5 años, hermano de la niña de 7 mencionada más arriba y asesinado por el mismo chico que ella, y una víctima de la mafia (Carlo Dalla Chiesa). Por último, he incluido también en esta categoría 7 casos de condenados a muerte y ejecutados por diversos procedimientos.

Tenemos, pues, al menos una docena de víctimas de homicidio que mantenían con su asesino una relación de pareja o erótica, consentida o no. En algunos casos el motivo declarado fueron los celos, en otros la falta de respeto o la conducta abusiva del cónyuge; en las violaciones, por supuesto, se trata de ponerse a cubierto de una delación, aunque a veces hay algo más (en uno de los casos hubo ensañamiento, torturas y mutilaciones). Ciertamente las víctimas de ataques terroristas indiscriminados o de acciones bélicas, por una  parte, y los condenados a muerte, por otra, deberían ser estudiados en categorías independientes, pero ya es demasiado pequeña nuestra muestra como para subdividirla aún más. Lo que todos estos casos tienen en común es que la muerte fue provocada deliberadamente por otra persona, en unos casos por motivos personales o íntimos, en otros por afán de lucro, en otros por motivos políticos o estratégicos, en otros por imperativo legal.  

En nuestra muestra de 40 víctimas de homicidio se observaron 593 direcciones entre planetas diferentes vigentes en la fecha de la muerte dentro de un orbe de medio grado, de las cuales 207 corresponden a la clave 360, 220 a la clave 840 y 166 a la clave 1440. La figura 14 muestra el resultado de sumar los porcentajes de desviación respecto de la media obtenidos por estas tres claves de dirección.

Figura 14
 Direcciones observadas en 40 casos de víctimas de homicidio
 por las claves 360, 840 y 1440 sumadas

La Luna es el planeta que interviene en mayor número de direcciones. Como planeta natal no recibe más direcciones de lo normal, pero es con gran diferencia el que más aspectos hace como planeta dirigido. Venus es el planeta natal que más direcciones recibe, pero es el segundo que menos direcciones hace, después de Plutón. Neptuno es el planeta que menos direcciones recibe.

La Luna también se destaca en los casos de muertes naturales, que son, junto con las víctimas de homicidio, las dos formas más pasivas de encontrar la muerte. En efecto, los suicidas juegan un papel activo en su propia muerte y los accidentados normalmente están haciendo algo que les pone en riesgo, pero la vejez, la enfermedad y la agresión inesperada de un asesino se le vienen encima a la persona sin necesidad de que haga nada y sin que pueda hacer nada por evitarlas. La Luna recibe la acción, pero en los casos de homicidio parece que es la Luna dirigida la que pone a la persona en riesgo. Es posible que al tocar a otros planetas natales en su movimiento dirigido la Luna les infunda a esos planetas su propia cualidad femenina-pasiva-receptiva, dejando a la persona más a merced de las circunstancias.

Examinemos ahora la figura 15 para ver con más detalle en qué forma contribuye cada una de las tres claves a los resultados mostrados en la figura anterior.


Figura 15 
 Direcciones observadas en 40 casos de víctimas de homicidio
por las claves 360, 840 y 1440 por separado

La Luna dirigida supera la media de direcciones por cualquiera de las tres claves, pero es en la clave 1440 donde se destaca de manera más prominente (+51%). Esta es la mayor desviación de toda la tabla. Se recordará que en los casos de accidentes fatales la mayor desviación de toda la tabla corresponde a Marte dirigido por la clave 1440 y que en los casos de suicidio la mayor desviación de toda la tabla corresponde a Plutón dirigido por la clave 1440. Por consiguiente, en las tres categorías de muerte violenta la mayor desviación se registra siempre en relación con un planeta en movimiento por la clave 1440. En los casos de muerte natural, sin embargo, las dos mayores desviaciones se registraron por la clave 840 (Neptuno R -35%, Luna D +21%). Parece, pues, que la clave 840 es más relevante en relación con las muertes naturales y la clave 1440 lo es en relación con las muertes violentas. Es posible, pues, que la clave 1440 tenga una naturaleza similar a la de Marte, masculina, seca, tensa y violenta, pero sería muy prematuro mantener que es así basándonos sólo en la apreciación de este dato.

Saturno alcanza un nivel de direcciones inferior a lo normal en cinco de las seis columnas, es decir, hace y recibe menos direcciones de la media por las claves 360 y 840 y también recibe menos de la media por la 1440. Hasta aquí, esto concuerda con nuestra expectativa de un Saturno debilitado que provoca un fallo de los sistemas defensivos de la persona, pero por la clave 1440 Saturno es el planeta que más direcciones hace después de la Luna. Tal vez Saturno, al moverse a la velocidad de una clave de naturaleza presuntamente violenta pierda su capacidad de infundir sentido de la prudencia. 

Marte natal está especialmente débil por la clave 1440, donde es el planeta que menos direcciones recibe. Pero por esta misma clave Marte natal es el planeta que más direcciones recibe en los casos de accidente. Combinando ambas informaciones, podemos deducir que cuando Marte recibe direcciones por la clave 1440 la persona tiene una mayor capacidad de responder enérgicamente a los retos que se le presenten y, por tanto, más oportunidades de rechazar con éxito a un hipotético agresor. Si la clave tiene una naturaleza similar a la de Marte, las direcciones que cualquier planeta haga a Marte por esta clave no harán más que potenciar sus cualidades intrínsecas. Por eso, cuando Marte no recibe direcciones por esta clave la persona parece más vulnerable.

Venus natal es el planeta que más direcciones recibe no sólo por la clave 1440 sino también por la clave 840, es decir, por las dos claves más lentas. Que Venus natal esté de esta forma estimulado por direcciones puede significas dos cosas distintas. En primer lugar, que sus características son potenciadas o puestas en actividad por el planeta que le hace la dirección. En segundo lugar que sus características son alteradas por la mezcla con la naturaleza del planeta que le hace la dirección y por las de la clave a través de la cual se forma el contacto. Un Venus potenciado puede hacer que la persona se vea más atractiva o se sienta más inclinada a buscar placeres eróticos, condición que puede favorecer la producción de situaciones donde los celos y los sentimientos posesivos acaban dando lugar a crímenes pasionales. Un Venus alterado puede tornar ineficaz la función conciliadora propia de la naturaleza de Venus.

Por la clave 840 Venus es el planeta que menos direcciones hace. Podemos deducir que cuando Venus hace más direcciones por esta clave hay menos riesgo de convertirse en víctima de homicidio. Probablemente, las direcciones que hace Venus por la clave 840, que presumimos de naturaleza lunar-femenina, tienen un poder de apaciguamiento o un espíritu de conciliación del que carecen cuando se producen por claves de naturaleza masculina.

Se observa también que por la clave 1440 Plutón es el planeta que menos direcciones hace sobre los planetas natales de las víctimas de homicidio, siendo así que por esta misma clave es el que más direcciones hace en los casos de suicidio. Así pues, si Plutón interviene en demasía formando direcciones por esta clave parece que aumenta el riesgo de que la persona quiera autodestruirse y si interviene demasiado poco o nada parece que aumenta el riesgo de que la persona "se haga destruir por otro". Este es uno de los datos desconcertantes que no es raro que se produzcan cuando se manejan muestras pequeñas y que tal vez sea simplemente un capricho del azar. El dato es tanto más difícil de asimilar cuanto que es específico de una de las tres claves, porque en las otras dos el comportamiento de Plutón es prácticamente el mismo en los casos de suicidio y en los de víctimas de homicidio. Así, Plutón es el planeta que más direcciones recibe por la clave 360 en los casos de suicidios y vuelve a serlo en los casos de víctimas de homicidio. Plutón es también el planeta que menos direcciones recibe por la clave 840 en los casos de suicidio y vuelve a serlo igualmente en los casos de víctimas de homicidio. Sólo en la clave 1440 la tendencia se invierte.

Como ya he dicho varias veces, el pequeño tamaño de esta muestra aconseja tomar todas estas observaciones con extrema prudencia, sin considerarlas por ahora hallazgos bien establecidos. Pero al menos estos pocos datos han servido para sugerir algunas ideas sobre la posible naturaleza de estas claves y de los contactos que se forman por ellas. Si esto tiene o no alguna utilidad para entender por qué se producen ciertos cambios en el comportamiento de las personas o por qué les sobrevienen determinados acontecimientos en momentos más o menos precisos podrá comprobarlo cada uno aplicando estas claves de dirección a sus propios ejemplos. Hacer a simple vista un cálculo aproximado de las edades en que se cumplen estas direcciones es muy fácil por la clave 360, que mueve cada planeta a razón de un grado por año partiendo del lugar que ocupa en la carta natal. Por la clave 840 el movimiento es de tres grados cada siete años o de un grado cada dos años y cuatro meses. Y por la clave 1440 el movimiento es de un grado cada cuatro años o de un cuarto de grado por año. Si se desea mayor exactitud o más rapidez en los cálculos se puede recurrir a varios programas, principalmente el Solar Fire, el Cruz del Sur, el Armon y el Kepler de Miguel García o mi propia utilidad para el cálculo de fechas por Direcciones Simbólicas de Clave Armónica.


© 2012, Julián García Vara

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